Pequeños comuneros exportan caña guadúa Ampliar La limpieza. Se usa una hidrolavadora, que lava la caña con la fuerza de la presión. Antes usaban lustre. Fotos: Enrique Pesantes TIEMPO DE LECTURA: 4′ 53» NO. DE PALABRAS: 829 FLOR LAYEDRA. REDACTORA Sábado 16/03/2013 En un taller y centro de acopio de la Corporación La Noble Guadúa, comuneros de la provincia Santa Elena trabajan para convertir en obras de arte cientos de cañas guadúas. Desde temprano, 14 transformadores de esta planta hacen sillas, camas, cortinas, adornos, muebles… Para ellos y 110 productores de caña guadúa, el proyecto de agroforestación ha cambiado su modo de vida. Pero lo que más les agrada es que su producto ahora tiene mayor valor económico. El productor Walter Sánchez recuerda que antes cada caña la vendía a USD 0,60. Actualmente está valorada en 1,50. Hace cinco años, los comuneros de Olón, Las Núñez, San José, Río Blanco, Curía y La Entrada, en el norte de Santa Elena, empezaron este proyecto con incentivos de fondos españoles. La calidad del producto les permitió exportar en febrero 800 cañas a Chile. Esto se debe a la forma como es tratado el cultivo ahora. Ivo Ríos, técnico del Ministerio de Agricultura (Magap), señala que antes los productores arrasaban con toda la caña sin importar su estado y cómo lo hacían. "Con ellos pusimos en práctica el manejo ancestral de cuándo cortar la planta", dijo. La entidad trabaja con ellos hace un año. La guadúa, conocida como bambú, es cortada en la fase lunar del cuarto menguante. El corte se hace arriba del tercer nudo y de forma visceral. Así se evita que la planta sea atacada por hongos y bacterias. También le permite que los rizomas (brotes o raíces) se multipliquen fácilmente y la caña crezca muy rápidamente (en dos años). De lo contrario deben esperar hasta dos años y medio para que se desarrolle. En una plantación establecida de una hectárea se pueden cultivar 400 cañas guadúas. De este total se pueden talar 200 al mes, pero siempre y cuando estén maduras (a los dos años). Los productores invierten hasta USD 800 por cada hectárea en la limpieza de la planta. Esto consiste en quitar la maleza y la caña seca. Además de la fertilización, que se debe hacer una o dos veces al año. Cuando el chileno Christian Guzmán llegó a Montañita a buscar la caña, los artesanos le recomendaron que fuera a la corporación. A él le gustó la forma en que trataban el cultivo. Por medio de él, los comuneros exportaron 800 cañas. Ahora, ellos esperan concretar acuerdos de negocios con otros países. El cultivo de la caña guadúa también se combina con la producción de plátano, yuca, fréjol, entre otros productos de cultivos de ciclo corto. Esta actividad permite que los productores tengan una actividad en donde puedan sostenerse mientras la planta obtiene las condiciones adecuadas para comercializarla. Las plantas pueden llegar a tener una altura de entre 12 y 15 metros de altura y un espesor de 15 centímetros. Una vez que llegan al centro de acopio, de un área de 4 500 metros, la caña es tratada para ser comercializada. Ríos comenta que los productores tenían por costumbre limpiar la caña con un lustre (esponja de fibra de metal), "lo cual es perjudicial para la salud, ya que incide en la aparición del cáncer". La limpieza de esta planta es mediante una hidrolavadora, que lava mediante presión. El proceso continúa luego de que se la perfora longitudinalmente y por cuatro días se la sumerge en una piscina que contiene boro y ácido bórico. Después se la seca de manera natural o en un caldero. Entonces, las cañas pueden ser vendidas para el sector de la construcción o se transforma en muebles o adornos. Para Jacinto del Pezo, técnico administrativo de la corporación, este proyecto les permite recuperar una cultura que estaban perdiendo. "Ahora que están haciendo muebles y demás artículos para el hogar, vemos cómo la gente comienza a valorar lo ecológico. Los hoteles y restaurantes lo están usando". Ampliar Galería 1 de 8 FOTOGALERÍA: MANGLAR ALTO EXPORTA CAÑA GUADUA Fotogalería: Manglar alto exporta caña guadua Seis comunas de la provincia de Santa Elena exportaron 800 cañas a Chile. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO La limpieza. Se usa una hidrolavadora, que lava la caña con la fuerza de la presión. Antes usaban lustre. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO Centro de acopio de la Corporación La Noble Guadúa. Mide 4 500 metros y funciona como taller donde se elaboran artesanías. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO Centro de acopio de la Corporación La Noble Guadúa. Mide 4 500 metros y funciona como taller donde se elaboran artesanías. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO Obras. Hacen juegos de comedor, cocina, sala, adornos para la oficina, aparadores, cortinas… Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO Los productores dan valor agregado a la caña guadúa, con la fabricación de muebles. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO Estos son algunos de los objetos que elaboran los comuneros. Dicen que el proyecto de agroforestación ha cambiado su modo de vida.Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO Estos son algunos de los objetos que elaboran los comuneros. Dicen que el proyecto de agroforestación ha cambiado su modo de vida.Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO 1 DE 8 50 hectáreas plantadas La caña puede ser trabajada de dos formas: con la piel o sin ella, para que adhiera la laca fácilmente. Es más estético. Los diseños de los muebles son de bocetos de los clientes o bajados de Internet. También apuestan a la creatividad. La segunda etapa del proyecto comenzó esta semana, en 50 hectáreas. En dos años se comercializarán. Además, se planifica el cultivo de dos hectáreas de bambú chino. En el país se comercializa en forma entera, latilla o picada. Montañita es uno de los sectores con más demanda para la elaboración de artesanías. USD 800 Invierte el productor de caña en cada hectárea, para limpiarla de maleza.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/agromar/agromar-cana-comuneros-Santa_Elena-guadua_0_883711710.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com