Conferencista y ponente, impulsadora de proyectos ambientales nacionales, trabajadora incansable y madre-guía.

María Lucelly Ramírez fue profesora de los colegios San José y Bethlemitas en el área de ciencias naturales.
María Lucelly Ramírez tiene una amplia experiencia laboral y respeto absoluto por el ser humano y los animales. Superó la muerte de su madre al tiempo que le diagnosticaron un tumor maligno. Lideró exitosamente una campaña de recolección de tapas plásticas dirigida a conseguir recursos para atender caninos y felinos en condición de abandono en el Quindío.
¿Quién es usted?
Soy una mujer de principios y valores, criada en el seno de un hogar tradicional conformado por Luis Ángel Ramírez Alzate y Emma Gómez. Ocupo el cuarto lugar entre trece hermanos. Fui criada en un ambiente rodeado de amor, respeto, música y cultura. Mi padre fue ejemplo de vida para la sociedad de su época y para nosotros y eso me dejó de herencia un nombre que debo cuidar. Me defino como una persona sentimental, romántica, servicial, sensible, comprometida con la causa ambiental. Profundamente respetuosa de mis semejantes y de su dignidad. Soy muy llorona.
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¿Qué no tolera del comportamiento humano?
La injusticia, la hipocresía, la deslealtad y la mentira.
¿El rol de madre, cómo lo desempeña?
Comparto a diario tiempos de calidad con mis hijas Victoria Eugenia y María Alejandra. Cocino para ellas, con receta en mano y algunas invenciones culinarias. Las escucho y soy una mamá presente, confidente y líder en mi casa.
¿Cuáles son sus amores en la vida?
La vida misma, la naturaleza y la música, en especial la clásica.
¿El tema de su salud, es prueba superada?
Afortunadamente sí. Luego del diagnóstico de un tumor maligno superé la cirugía, mientras me recuperaba también del duelo de la muerte de mi madre. Tuve que estar en quimioterapia hasta hace un año y las revisiones médicas posteriores son óptimas. Fue una época difícil pero superada, a Dios gracias y al apoyo de amigos y mi familia.
¿Cuál es su máxima de vida?
El cambio coyuntural en la vida de la sociedad comienza cuando primero cambia uno mismo.
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¿Usted está muy atareada a diario, cómo maneja el estrés?
Hago manualidades, sopa de letras y crucigramas, veo videos y escucho audios de superación personal. Practico yoga y me intereso por leer sobre feng shui.
¿Qué destaca de sus estudios?
La hilaridad en términos ambientales. Estudié con religiosas y me gradué en el colegio La Sagrada Familia, opté por estudiar biología en la universidad del Quindío y me gradué como bioquímica. Tengo dos especializaciones: una en participación comunitaria y otra en consultoría ambiental de la universidad de León, España. Desde 1979 he realizado diversos seminarios, cursos, capacitaciones, diplomados enfocados en ecología, ambiente, desarrollo humano sostenible, participación comunitaria, promoción y gestión ambiental, responsabilidad social, gestión del riesgo y energías eficientes.
¿Cuál es su papel en la vida regional?
Tengo una trayectoria de 39 años aportando en mesas de trabajo a empresas, comunidades e instituciones públicas en asuntos ambientales como protección del agua, de la guadua y fauna silvestre e igualmente, en el manejo integral de residuos sólidos y de drenajes urbanos. Actualmente hago lo propio desde mi desempeño como coordinadora de educación ambiental de la CRQ, entidad en la que laboro hace 30 años. Soy gestora de la resolución al interior de la corporación del día del no carro para funcionarios. Este se lleva a cabo el último lunes de cada mes, el personal llega a la entidad utilizando cualquier medio de movilidad excepto el vehículo.
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¿Enumere algunas tareas que usted ha liderado desde la CRQ y considera satisfactorias?
Entre el 1996 – 1998 coordiné el Centro para el estudio del Bambú-Guadua, época en la que se vendió el mayor número de plántulas de guadua a raíz desnuda a diversos proyectos nacionales como Porce II y el Parque del Café, e incluso se exportó a Costa Rica. En 1995 fui coordinadora de educación ambiental en el área de protección del cañón del río Quindío y el retén La Playa. Gesté y coordiné entre 1999 y 2008 el proyecto Praes Proceda, de Armenia, que tiene que ver con las actividades ambientales que se lideran desde las instituciones educativas con la comunidad del entorno de las instituciones. Lideré por 3 años la cátedra ambiental, espacio que brinda herramientas para lograr cambios positivos de la gente desde la cultura ambiental ciudadana. Coordiné los comités de educación municipal del departamento y asesoré a Filandia y Quimbaya en un programa de manejo integral denominado ‘Municipio limpio’, ambas actividades en 2008.
¿Qué reconocimientos ha tenido?
Aunque en el premio Planeta Azul, organizado por el banco de Occidente, no participan entidades del Estado, fuimos galardonados con la mención de honor en el año 2001, con el proyecto posterremoto ‘Adoptemos la quebrada de nuestro barrio’, que se llevó a cabo hasta 2001. Asimismo, Función Pública la destacó como experiencia exitosa y eso fue un boom nacional, a raíz del cual me invitaron a diversos eventos.
¿A algún certamen de trascendencia?
Me contactaron del área metropolitana del Valle de Aburrá para montar la experiencia ganadora del premio Planeta Azul y durante el 2003 fui consultora. Ese año fui ponente del IV Congreso ‘Ciencia al servicio de la Tierra y la humanidad’, estuve al frente del proyecto carcelario ambiental en centros de reclusión y rehabilitación de Medellín e implementé un proyecto comunitario en las comunas de la capital antioqueña. Fue una experiencia retroalimentadora.
¿Tiene trabajos en áreas de escritura y audiovisual?
Sí, en la elaboración de varios cuentos ambientales durante 2006 y 2007 y de videos de especies en vía de extinción.
¿Qué iniciativas suyas en la corporación han tenido eco nacional?
La iniciativa de promotores ambientales fue tomada como modelo nacional y en el campo de la educación ambiental, el modelo CRQ se adoptó en las demás corporaciones del Eje Cafetero.
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¿En qué proyectos se enfoca ahora?
En uno de uso racional de energías eficientes desde empresas y mediante campañas comunitarias. Participo en una mesa de trabajo del tema junto con las alcaldías del departamento, la gobernación y la Octava Brigada. También en incrementar la iniciativa de manejo de residuos sólidos en centros comerciales, cárceles del Quindío, tránsito departamental y Juntas de Acción Comunal, JAC.
¿Cómo avizora su futuro?
Me veo luchando sin descansar por formar seres vivos ambientales, es decir, personas integralmente responsables con su entorno, con la sociedad y con ellos mismos.
Adriana Patricia Matiz Ramírez
LA CRÓNICA