Diana Isabel Villalba usa el poder de la guadua para unir al pueblo indígena Pijao

Desde el corazón del resguardo indígena San Antonio, en el Tolima, Diana Isabel Villalba lidera un proyecto pionero en forestería comunitaria basado en la guadua. Un proceso que inició con pequeñas iniciativas en 2016, pero que fue oficialmente apoyado en 2018 por el Ministerio de Ambiente y la FAO. Hoy, con más de siete hectáreas de plantaciones, su trabajo y el de su comunidad enfrentan retos y sueños que buscan consolidarse en una ecoempresa sostenible.

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El nacimiento de una iniciativa

El proyecto de forestería comunitaria con guadua nació como un esfuerzo colectivo por parte de la comunidad del resguardo indígena. En sus inicios, se establecieron seis hectáreas de bosque de guadua con la idea de generar un modelo sostenible de producción que permitiera la conservación ambiental y el desarrollo económico de la comunidad.

Además de la guadua, el proyecto incorporó cultivos de café, plantas medicinales y aromáticas, diseñados para ofrecer beneficios a corto y mediano plazo. De esta manera, mientras la guadua crecía, el café comenzaba a producir, asegurando cierta estabilidad económica para los involucrados.

Para Diana y su equipo, la guadua ha sido más que una planta; ha sido un símbolo de cambio y crecimiento. «Siempre ha estado aquí, pero nunca habíamos hecho un manejo forestal de ella. En este proceso nos dimos cuenta de su importancia dentro de nuestra cosmovisión indígena», explica Diana.

La comunidad recibió apoyo de la FAO y el Ministerio de Ambiente en cuatro etapas. Estas ayudas incluyeron capacitación técnica, asesoría en mercadeo y aportes de insumos esenciales. Sin embargo, la intermitencia en la financiación y la falta de continuidad han sido los mayores desafíos. «Nos apoyaban por tres meses y luego pasábamos largos periodos sin ayuda, lo que nos ha obligado a buscar alternativas para mantener el proyecto a flote», cuenta.

Desafíos y resistencia

El mantenimiento de la guadua es una tarea demandante. Se requiere poda cada tres o cuatro meses y fertilización constante. Sin el apoyo económico suficiente, la comunidad ha tenido que invertir sus propios recursos. En sus inicios, el proyecto contó con 43 personas asociadas, pero debido a las dificultades, hoy solo quedan 14, muchos de ellos con dudas sobre la viabilidad a largo plazo.

«El gran reto es garantizar la sostenibilidad del proyecto», dice Diana. «Ya no contamos con el respaldo de la FAO y dependemos de recursos del resguardo, que cada vez son más limitados». Sin embargo, la determinación de quienes siguen en la asociación es inquebrantable. «Sabemos que este proyecto puede cambiar vidas, generar empleo y consolidar una economía sostenible en nuestra comunidad».

Diana sueña con una ecoempresa que transforme la guadua más allá de la venta de materia prima. «Queremos fabricar artesanías, pisos, paredes, casas prefabricadas, y hasta alimentos derivados de la guadua. La idea es generar empleo para jóvenes y adultos, y demostrar que este recurso puede ser la base de un modelo económico sostenible», expresa.

El café, por su parte, ya está en producción y se han dado los primeros pasos para su transformación y comercialización. La comunidad cuenta con maquinaria para el procesamiento, pero aún enfrenta barreras como los costos de certificaciones necesarias para su venta en mercados más amplios.

Para Diana, la forestería comunitaria va más allá del manejo de los recursos naturales. «Es un tejido de experiencias, de compartir esfuerzos en comunidad, de crecer juntos». A lo largo de estos años, el proyecto ha permitido intercambiar conocimientos con otras comunidades y fortalecer la identidad cultural indígena en torno a la protección del territorio.

A pesar de los desafíos, Diana y su equipo continúan tocando puertas y buscando aliados que los ayuden a seguir adelante. «No queremos que se acaben las ganas, la visión está clara y estamos convencidos de que lo vamos a lograr», concluye.

La comunidad de San Antonio demuestra que la resistencia y el trabajo colectivo pueden transformar el futuro. Diana, como líder, encarna la esperanza de un modelo de desarrollo sostenible donde el bosque y la comunidad crecen juntos.

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TAPMI Center. Arquitectura bioclimática bajo la sombra del bambú

Entre medias de los edificios blancos del TAPMI Center (Manipal, India) sobresalen grandes estructuras de bambú. Con ellas, The Purple Ink Studio buscaba un modo de ampliar el uso de los espacios exteriores de este campus para protegerlos de la lluvia tropical. Por eso pensaron en unos elementos que pudieran recoger y gestionar el agua y arrojar sombra en los días más calurosos.

Sombra de agua y de luz en arquitectura bioclimática

Los edificios del campus de la universidad del TAPMI Center se encadenan creando una variedad interesante de espacios exteriores e interiores, públicos y privados. La institución quería reducir la diferencia entre la comunidad académica y la local, y de esa manera intercaló una serie de áreas intermedias entre las aulas y los laboratorios. La labor de los arquitectos de The Purple Ink Studio se centró en luchar contra las inclemencias del clima tropical de esta región de la India para que dichos lugares pudieran utilizarse el mayor número de días al año.

bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio. Arquitectura bioclimática de bambú

La intervención copia el modo en que los Chhatris se emplean para señalar zonas prominentes de los palacios en la arquitectura india. Las cúpulas se transforman en un armazón que sirve de parasol y de paraguas, y que pone la atención de la vista en los ambientes realmente importantes del proyecto. Las grandes pérgolas se han diseñado como un sumidero, por ello la silueta de las cubiertas hace que el agua de las intensas lluvias resbale hacia dentro y se gestione hacia el subsuelo a través de los apoyos. La curvatura se invierte para evitar la caída del torrente de agua desde tantos metros de altura. La forma que sigue a la función como esencia de la arquitectura bioclimática.

bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio. Arquitectura bioclimática de bambú
bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio. Arquitectura bioclimática de bambú

El bambú en el TAPMI center

El estudio indio ha usado volúmenes metálicos ocultos tras un revestimiento de piezas de bambú. Por un lado, la capacidad portante del acero hace que estos elementos adquieran un tamaño suficiente para no pasar desapercibidos, mientras que la textura natural los hace destacar entre la monotonía nívea de las construcciones contiguas. Es así como los arquitectos han jugado con la altura de estos paraguas para lograr un efecto interesante a la vista. Desde fuera, parece que la selva de alrededor se entremezcla con los bloques universitarios, y que las plazas abiertas para albergar anfiteatros y núcleos de reunión se reparten entre los claros del bosque.

bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio
bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio

El acabado de madera convierte a los umbráculos en grandes árboles sin hojas que brotan en medio del claro ficticio. Las tablillas se colocaron a mano durante días para conseguir la precisión necesaria en la curvatura de las figuras. Era importante que cada uno de los parasoles consiguiera la geometría precisa para optimizar la recogida de agua y las horas de sombra. “Tardamos más tiempo en construir los paraguas que los edificios”, comentan desde el estudio. Industrializado por dentro, artesanal por fuera.

bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio. Arquitectura bioclimática de bambú
bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio. Arquitectura bioclimática de bambú

Los arquitectos detectaron un desequilibrio entre las partes privadas y las públicas —unas cubiertas y climatizadas y las otras a la intemperie— y trabajaron para compensarlo con un esfuerzo de diseño. La mezcla de usos que Purple Ink Studio ha implementado en el TAPMI Center favorece que el conjunto arquitectónico se vuelva más versátil. Las grandes setas de madera no solo dan una imagen pintoresca, también refuerzan la posición de sus ámbitos más necesarios y vulnerables. Y así, el campus del TAPMI Center descansa a la sombra del bambú.

bambú, arquitectura bioclimáticaTAPMI Center. The Purple Ink Studio. Arquitectura bioclimática de bambú

En este enlace puedes leer más artículos sobre otros proyectos de arquitectura sostenible.

¿Qué es el TAPMI Center?

TAPMI Center es un campus universitario localizado en la ciudad de Manipal (India).

¿Qué estrategia se ha seguido para su diseño?

Los arquitectos de The Purple Ink Studio han diseñado unas estructuras metálicas cubiertas de bambú para proteger los espacios exteriores de las inclemencias del clima tropical.

Experto japonés elogia la diplomacia del bambú de Vietnam

Experto japonés elogia la diplomacia del bambú de Vietnam

El profesor Go Ito, investigador sénior de la Universidad Meiji, analizó el notable recorrido de Vietnam durante las últimas cinco décadas desde la Liberación del Sur y la Reunificación nacional, en un artículo publicado hoy por el Foro Japonés de Relaciones Internacionales, en el que atribuyó su éxito a la adaptabilidad del país y a un enfoque diplomático distintivo conocido como "diplomacia del bambú".

28 de abril de 2025, 14:13:23
Un rincón de Ciudad Ho Chi Minh, el mayor centro económico de Vietnam (Fuente: VNA)Un rincón de Ciudad Ho Chi Minh, el mayor centro económico de Vietnam (Fuente: VNA)ZaloFacebookTwitterImprimirCopy link

Tokio (VNA) – El profesor Go Ito, investigador sénior de la Universidad Meiji, analizó el notable recorrido de Vietnam durante las últimas cinco décadas desde la Liberación del Sur y la Reunificación nacional, en un artículo publicado hoy por el Foro Japonés de Relaciones Internacionales, en el que atribuyó su éxito a la adaptabilidad del país y a un enfoque diplomático distintivo conocido como "diplomacia del bambú".

Según Ito, la historia comienza con un momento crucial: la firma de los Acuerdos de Paz de París en 1973. Japón, ágil en aprovechar la coyuntura, normalizó relaciones con Vietnam y abrió su embajada en Hanoi en octubre de 1975. Durante los 50 años siguientes, la relación bilateral floreció, mientras Vietnam ajustaba sus políticas con flexibilidad para enfrentar los cambios globales, especialmente tras el fin de la Guerra Fría.

El académico expresó su sorpresa por la normalización de vínculos entre Vietnam y Estados Unidos en 1995, así como por su ingreso a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ese mismo año, lo cual reflejó un enfoque abierto y estratégico hacia la integración global.

co.jpgUn rincón de Ciudad Ho Chi Minh (Fuente: VNA)

Vietnam no se detuvo allí: reanudó la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) proveniente de Japón, se unió al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en 1998 y reforzó activamente su participación en marcos multilaterales.

En el centro del éxito vietnamita, destacó Ito, se encuentra la política de "Doi Moi" (Renovación) iniciada en 1986, que permitió multiplicar más de cien veces el producto interno bruto (PIB) del país en comparación con 1975.

En el Congreso Nacional del Partido Comunista de ese año, el entonces secretario general Nguyen Van Linh se comprometió a avanzar hacia una economía de mercado con orientación socialista, integrando a Vietnam en la división global del trabajo y fomentando la interdependencia internacional. Paralelamente, el país ha promovido tanto el crecimiento económico como la reforma política.

Sobre la "diplomacia del bambú", una estrategia basada en la flexibilidad y el equilibrio, Ito señaló que en el siglo XXI Vietnam asumió la presidencia de la ASEAN en 2020 y ha establecido vínculos no solo en el Sudeste Asiático, sino también con las principales potencias mundiales. Mantiene una “relación especial” con países vecinos como Laos y Camboya, y ha sellado asociaciones estratégicas integrales —el nivel más alto de relaciones bilaterales— con 12 países, incluidos China, Rusia, India, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Australia.

Además, ha firmado acuerdos de libre comercio con decenas de naciones y desplegado una diplomacia “integral” que ha elevado su presencia internacional.

A juicio de Ito, esta diplomacia favorece la cooperación y la negociación frente a una visión rígida de amigos y enemigos. En consonancia, Tomotaka Shoji, del Instituto Nacional de Estudios de Defensa de Japón, ha señalado que el resultado último de esta estrategia es una política de no alineamiento, plasmada en los "cuatro no" de la defensa nacional vietnamita.

En el ámbito interno, Vietnam lleva a cabo reformas administrativas audaces para simplificar la gestión gubernamental y aumentar la eficiencia del sector público. Aunque estas medidas pueden generar conflictos de interés a corto plazo, Ito las consideró esenciales para reducir el despilfarro y avanzar hacia el progreso social.

Un aspecto que llamó especialmente su atención fue la elección democrática de los rectores universitarios, una práctica poco común en la región.

Según el académico, estos cambios graduales y sostenidos serán claves para el futuro de Vietnam, tanto en el escenario nacional como en el internacional. Con su “diplomacia del bambú” que se dobla pero no se quiebra, Ito aseguró que Vietnam continuará cosechando aún más éxitos./.

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