Durante el año 2024, el Centro Nacional para el Estudio del Bambú-Guadua logró consolidarse como un referente en sostenibilidad ambiental, gracias a la ejecución de un plan de acción integral que combinó educación, acompañamiento técnico y cooperación nacional e internacional. Las actividades, orientadas a promover la conservación y aprovechamiento responsable de la Guadua angustifolia Kunth, alcanzaron a cerca de 500 personas de diferentes sectores del país.
Entre las acciones destacadas se encuentra la realización de recorridos interactivos en el vivero y el sendero ecológico del centro, diseñados para ofrecer experiencias inmersivas sobre el valor ecológico y cultural del bambú nativo. Las jornadas incluyeron talleres didácticos, exposiciones sobre usos sostenibles y charlas dirigidas a estudiantes, agricultores y emprendedores rurales.
El coordinador técnico del Centro, Néstor Jairo Rodríguez, resaltó que “este año se fortalecieron procesos de transferencia de conocimiento con impacto directo en la restauración ambiental y en el empoderamiento de comunidades que hoy entienden el potencial transformador de la guadua en sus territorios”.
Uno de los hitos del periodo fue la entrega de más de 1.600 plántulas de guadua a distintos actores públicos y privados que lideran proyectos de reforestación y agroindustria sostenible. Estas entregas fueron acompañadas de capacitaciones técnicas personalizadas y visitas de seguimiento en campo.
Además, el Centro avanzó en la construcción de redes de cooperación con entidades de países como Guatemala y Panamá, con las que se establecieron planes de intercambio técnico, asesoría y desarrollo de iniciativas conjuntas. A nivel nacional, se trabajó de la mano con instituciones de Santander y el eje cafetero, proyectando la creación de un clúster regional de guadua que fomente la innovación, la comercialización y la formalización del sector.
El trabajo realizado en 2024 también incluyó el fortalecimiento de sistemas de información del sector guadua y el apoyo a proyectos académicos y de investigación con universidades del país. Esta sinergia entre ciencia, territorio y comunidad busca posicionar a la guadua no solo como recurso ambiental estratégico, sino como eje articulador de desarrollo rural sostenible.






