CONSTRUYA PROYECTOS CON LAS MEJORES CUBIERTAS 

El sector maderero está en auge. Michael Green, arquitecto canadiense, defiende que los rascacielos del futuro serán en madera. No serán ni acuáticos, ni subterráneos, ni de hormigón; asegura que la madera será el material principal con el que se levantarán decenas de construcciones en los próximos años.

Mientras el procesamiento del acero y el hormigón suponen respectivamente el 3% yel 5% de las emisiones de CO2 causadas por los humanos, un metro cúbico de madera almacena casi una tonelada de ese gas. Su uso ayudaría por tanto a reducir la huella de carbono de la construcción, que en EE. UU. supera a la del transporte en un 14%.

Norteamérica

El Centro de Innovación y Diseño en Madera de la Universidad de North British Columbia, es una construcción fabricada en madera de 29,25 metros y 8 pisos de altura, fundada por Green Es considerado como el más alto de este material en Norteamérica y sirve como punto de encuentro para investigadores, académicos, profesionales del diseño y otros interesados en la generación de ideas para los usos innovadores de la madera.

España

Pero no solo en Norteamérica se habla de utilizar madera como material de construcción, también en España. En Barcelona está en marcha el edificio más alto de este tipo en la Ciudad Condal y que conllevará un considerable ahorro energético tanto para calentarlo en invierno como para su refrigeración.

“Tenemos más del 50% de la obra realizada. Acabamos la estructura antes del verano, en 6-8 semanas, y ahora estamos haciendo el interior de las viviendas y las instalaciones”, detalla Pol Massoni, arquitecto director de la obra y de la cooperativa de arquitectos Lacol conjuntamente con la arquitecta Cristina Gamboa.

No es la primera casa de este tipo en Barcelona, y algunos constructores españoles ya defienden que los edificios de madera son construcciones éticas de bajo consumo energético.

Viena

En Viena también se están planteando cómo los árboles pueden tener una segunda vida en los rascacielos. El estudio de arquitectos Rüdiger Lainer + Partner Architects va a levantar un edificio de 25 plantas en el que la madera supondrá el 76% de la construcción, y que además incluirá paneles solares. En el transcurso de este año, cuando concluyan las obras, se estima que emitirá 2.800 toneladas de CO2 menos que una estructura de hormigón.

Japón

En el centro de Tokio se construirá un rascacielos de madera de 350 metros de alto para 2041. Incorporará una estructura combinada de metal y madera, constituyendo esta última el 90 por ciento de sus recursos, así como diferentes tipos de plantas, que treparán a través de la misma y le darán un aspecto más natural.

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19 provincias en Ecuador reforestan y cuidan el agua

En el cantón Cotacachi (Imbabura) funciona uno de los  viveros que está a cargo del Gobierno. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

En el cantón Cotacachi (Imbabura) funciona uno de los viveros que está a cargo del Gobierno. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO.

Washington Benalcázar,
Bolívar Velasco y Andrea Medina. Redactores (I)

De los 23 gobiernos provinciales del país, 19 cuentan con viveros que producen 2,2 millones de plantas anuales para la reforestación, el cuidado de las cuencas hidrográficas y la disminución de la frontera agrícola, principalmente.

Imbabura lidera la producción de las plantas nativas según el Censo de Información Ambiental Económica de los gobiernos provinciales, hecho por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Se trata de especies de la zona andina destinadas a la reforestación. La Prefectura de Imbabura dispone de un invernadero de cerca de media hectárea, ubicado en Cotacachi, con capacidad para producir

150 000 plantas arbustivas, dijo Jorge Paredes, técnico forestal.
De ese total, el 85% (127 500) es de plantas endémicas como aliso rojo, cholán, pumamaqui, guarango, motilón, capulí, entre otras. Las demás son especies introducidas ornamentales, como la acacia y el tilo.

Paredes explicó que las especies nativas son ideales, pues se adaptan bien luego del trasplante. Añadió que la Prefectura impulsa el proyecto Herencia Verde, cuya meta es reforestar al año 250 hectáreas de terrenos públicos para recuperar la cobertura vegetal.

Para ello se atienden pedidos de las juntas parroquiales e instituciones educativas. La entrega de plantas es gratuita.
Un técnico visita el sitio en donde se planifica colocar los arbustos, de entre cinco y seis meses de edad. La idea es recomendar la especie adecuada para cada zona. En terrenos vecinos a las fuentes hídricas, sobre los 3 000 metros, la mejor opción es sembrar alisos o pumamaquis.

En Carchi, la Prefectura tiene cuatro viveros. El de mayor extensión, de tres cuartos de hectárea, está en Tulcán, donde se producen 310 000 plantas al año. De ese total, el 70% es nativo de la zona fría, como arrayán, pumamaqui o laurel de cera que se destinan a zonas que están entre la cota de 2 600 y
3 000 metros de altura.

La Prefectura del Carchi reforesta directamente en las fuentes de agua, donde se han perdido bosques y en terrenos comunitarios, a través de mingas con juntas de agua. El seguimiento se hace en sitios con más de 1 500 plantas.

Orellana es la provincia con la mayor cantidad de especies introducidas y nativas que se producen en viveros. Augusto Córdova, subcoordinador del departamento de Gestión Ambiental de la Prefectura, explicó que el Gobierno Provincial maneja un único espacio de tres hectáreas, en donde se cuidan especies maderables y ornamentales.

Este vivero está en la localidad Nuevo Paraíso, a la altura del km 8 de la vía Coca – Lago Agrio. Allí se cuidan alrededor de 400 000 plantas, mayoritariamente de balsa, que se ofrece a diferentes interesados.

Uno de ellos es una empresa privada que ocupa la balsa para fines comerciales. Así indicó Enrique Morales, titular del área de Gestión Ambiental de la Prefectura de Orellana. “Tenemos varios programas en los que se utiliza la balsa para reforestar áreas degradadas. Esto se complementa con rentabilidad económica”. La balsa es una planta de rápido crecimiento y considerada ideal para este territorio.

Pero hay personas particulares de esta provincia que compran las otras especies de plantas del vivero, que cuestan entre USD 0,50 y 1.

La Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas tiene desde el 2010 el vivero Kasama que produce 500 000 plantas al año. Allí hay especies maderables como el chispeó, guadúa, bambú, moral fino, sangre de drago, guayacán, chiparo, bobo y frutales.

El objetivo principal de estas plantas es la repoblación de las áreas deforestadas. La Unidad de Gestión Ambiental informa que en la provincia hay unas 54 000 hectáreas que se deben reforestar, sobre todo en las microcuencas. En el 2016, la provincia contaba con 1 250 hectáreas forestadas y reforestadas con fines de conservación, según el INEC.

Ivanova Ortega, directora de la Unidad de Gestión Ambiental de la Prefectura, aseguró que para el 2018 se presupuestaron USD 531 588 para la reforestación de cuencas hídricas. Eso incluye la construcción de un nuevo vivero con similar capacidad al actual. Otro de los programas involucra a la comunidad, que presta sus terrenos para reforestar.

En ese caso se le entrega en donación una cierta cantidad de plantas. Esto ya se ha hecho en territorios cercanos a las riberas del Alluriquín y Damas.

http://www.elcomercio.com/actualidad/provincias-reforestan-cuidan-agua-especies.html

¿Es barato construir con Guadua?

Crosswater ecolodge
Crosswater ecolodge – Simón Vélez y equipo

Es fácil afirmar este juicio cuando no se tienen en cuenta muchos criterios. No es tan simple. El bambú gigante muy conocido en Colombia y endémico de esta región, la Guadua, es bien conocido como un recurso propio de sus fincas, crece prácticamente solo y no necesita mucho mantenimiento, ¿se consiguen guaduas a precios muy bajos?, si, precios tan bajos que parece que ni siquiera fuera un material valioso y hace pensar que las construcciones en dicho material son precarias

Pero estos precios bajos son en guadua sin limpiar, preservar, secar y otros procesos importantes para obtener una estética y durabilidad adecuada que debería tener toda construcción permanente.

Lleva trabajo limpiar las vellosidades, la tierra, los musgos, líquenes y plantas que están adheridos en la corteza de las guaduas. Se podría pensar que esta labor es meramente estética pero también tiene un impacto importante sobre la durabilidad del material pues la hace menos propensa a absorber humedad y con ella la aparición de hongos que la degradan además de que mejora adherencia de la superficie para la aplicación de recubrimientos protectores.

Las maderas siempre tendrán un contenido de humedad debido a su naturaleza higroscópica, una madera se considera seca cuando tienen un contenido de humedad de equilibrio con el ambiente y esto oscila generalmente entre 15 y 17%. Debido a la anatomía de la guadua que cuenta con predominancia de fibras en dirección a lo largo del tallo es normal que se presenten fisuras y rajaduras. Pero cuando se trabaja con guadua “verde” o sin secar esta probabilidad aumenta drásticamente y ocurre básicamente porque cuando se trabaja con guadua seca ya se ha seleccionado la que presenta menos fisuras y se descartan para otros usos las guaduas más afectadas lo que finalmente se traduce en costos.

La guadua también puede ser afectada por hongos y los rayos del sol. Para protegerla de esto generalmente se debe recurrir a materiales de recubrimiento como pinturas y barnices, y posiblemente tener que realizar mantenimientos periódicos dependiendo de la exposición en la que se encuentre.

Otro factor que influencia directamente el costo de una construcción en guadua es su diseño y acabados. A veces se recurre al uso de mayor o menor cantidad de palos de guadua según el efecto estético deseado y de uniones más simples o sofisticadas.

Debido a que la guadua es un material diferente al concreto, al acero e incluso a la madera de árboles, se requiere de mano de obra y diseño especializado. Un constructor que use materiales tradicionales generalmente no tiene el conocimiento para construir con guadua y éstos últimos son más escasos lo que generalmente incurre en mayores costos.

Puntarena Beach Club
Beach Club Buenaventura – Bahareque Arquitectura

En ciertas condiciones una guadua puede no durar mucho, a la intemperie dura unos dos años si está sin tratamientos. Es necesario entonces recurrir a procesos de preservado químico para prevenir el ataque de insectos. Otro proceso a sumar

Como dijo Simón Vélez alguna vez, la guadua es un material como lo es cualquier otro, con el mismo ladrillo se construyen tugurios y mansiones. Un material no determina el costo de una obra tan directamente como se piensa comúnmente

Es cierto que se pueden hacer obras muy pero muy baratas con guadua, pero generalmente así es su calidad también. Usar guaduas cortadas en cualquier época, sin lavar, preservar ni recubrir, para una obra que aunque tenga buena técnica e ingeniería constructiva podría no durar más de dos años, mientras que cuidar cada proceso anteriormente mencionado podría hacer que una construcción en guadua dure cientos de años, claro, con su reflejo en el costo y precio

La guadua tiene la ventaja de que no se necesitan de grandes maquinarias para su cosecha y se puede usar fácilmente sin realizarles los debidos procesos, lo que a permitido que muchas personas hagan obras muy precarias y temporales que si bien cumplen su función por tiempo limitado, contribuyen a una percepción que se ha generalizado de que la guadua es un material de mala calidad. Está en nuestras manos aprovechar bien este grandioso material y demostrar que es el material de mayor sostenibilidad ambiental en el mundo que puede contribuir a la edificación de obras de la mejor calidad.

 

Gracias por leer, participar y compartir

https://palakas.jimdo.com/2014/07/07/es-barato-construir-con-guadua/